Los buses de la Línea 41, que operan en la ruta Ventanilla-Villa El Salvador, se movilizaron en caravana por la Panamericana Norte. Esta acción se llevó a cabo para exigir medidas de seguridad ante los constantes ataques armados y extorsiones que sufren los transportistas. Los choferes y cobradores decidieron no trabajar este viernes, uniéndose a la protesta por la creciente inseguridad que afecta a su gremio.

La movilización comenzó en el óvalo Zapallal, en Puente Piedra, y generó una gran congestión en la carretera. La Policía Nacional tuvo que intervenir para gestionar el tráfico. Tras un diálogo con las autoridades, los transportistas acordaron liberar los carriles, permitiendo el paso de otros vehículos. Sin embargo, la caravana continuó su camino hacia el Congreso de la República, en el Centro de Lima, donde esperan ser escuchados por los legisladores.

Ayer, jueves, se realizó una protesta similar en San Juan de Lurigancho. Transportistas de diversas empresas bloquearon calles, incluyendo la avenida 9 de Octubre, exigiendo acciones concretas del Gobierno para combatir la inseguridad. Los choferes y cobradores han denunciado que son víctimas frecuentes de bandas delictivas, que les exigen pagos diarios para poder trabajar sin problemas.

Los ataques armados y con explosivos contra buses y otros vehículos de transporte son casi diarios, y en muchos casos, resultan en consecuencias fatales. La situación ha llevado a los transportistas a alzar su voz en busca de protección y soluciones efectivas por parte de las autoridades.