Desde Tel Aviv, la madrugada fue interminable para Silvia Cunio. Durante dos años aguardó con angustia alguna señal de sus hijos Ariel y David, secuestrados por Hamas en octubre de 2023. Esta noche, cuando finalmente sonó el teléfono, la emoción se mezcló con la incredulidad: “Al principio rechacé la llamada porque no sabía que eran ellos” , relató entre lágrimas.
Minutos después, volvió a sonar el celular y la pantalla mostró los rostros que había soñado ver durante 738 días: los de sus hijos, aún cautivos en la Franja de Gaza. La comunicación, realizada por videollamada, ocurrió en circunstancias insólitas. Por motivos que aún se desconocen, los captores permitieron a varios rehenes hablar con sus familias antes de la liberación definitiva.
“Me llamaron a mí, a la mamá. ¿