Durante más de dos décadas, María Corina Machado ha sido sinónimo de resistencia en un país donde disentir puede costarte la cárcel. Hoy, ese camino la llevó al Nobel de la Paz 2025 —un reconocimiento que trasciende su nombre para poner a Venezuela otra vez en el mapa mundial, no por su crisis, sino por su coraje. Ingeniera de formación y política por convicción, Machado desafió inhabilitaciones, amenazas y exilios forzados para mantener viva la idea de una transición pacífica a la democracia.

El comité noruego la definió como una “campeona comprometida con la paz” y, con ese gesto, rescató una narrativa que muchos daban por perdida: la de la resistencia civil frente al autoritarismo.

Y este Nobel a María Corina también deja un mensaje a los líderes globales: la paz no existe sin democra

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