CDMX.- «Anoche perdí la virginidad». Esas dramáticas palabras le dijo Susiflor a su mamá. La señora estaba viendo una serie en su tablet y respondió distraídamente: «¿Buscaste abajo de la cama?». Don Simpliciano les contó a sus amigos: «Hay un bar donde cada noche hacen una rifa. Si te sacas el premio, tienes derecho a que el cantinero te lleve a la habitación de arriba, y ahí recibes sexo gratis». «¡Fantástico! -se entusiasmó uno de los amigos-. ¿Y tú te has sacado el premio?». «Yo no -replicó don Simpliciano-, pero mi esposa sí. Tres veces». Dulcibella, muchacha de buenas familias, educada en el Colegio de la Reverberación, le comentó a su amiga Rosibel: «No me gusta el sexo en el cine». «Tampoco a mí me gusta -coincidió Rosibel-. Los brazos de la butaca estorban mucho». No tengo la dich
De política y cosas peores
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