
El exministro socialista José Luis Ábalos protagonizó este miércoles un tenso enfrentamiento con el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente , durante su comparecencia como investigado en la causa de las presuntas mordidas y la “caja B” del PSOE .
Según ha publicado Vozpópuli , el magistrado tuvo que reprenderle en varias ocasiones ante su actitud evasiva y su insistencia en justificar su silencio.
«Esto no es el Congreso, dígame si va a declarar o no», le advirtió con firmeza el juez después de que Ábalos interrumpiera la sesión hasta en cuatro ocasiones , alegando que se encontraba «indefenso» por haber renunciado a su abogado defensor .
Un exministro sin letrado y con discurso político
El antiguo número dos del PSOE acudió al Tribunal Supremo alrededor de las nueve y cuarto de la mañana, en taxi y sin asistencia letrada . Su abogado, José Aníbal Álvarez , llegó minutos después, pero ya había sido apartado por decisión de su propio cliente el pasado lunes.
Esta maniobra procesal —según el instructor— podría constituir un «fraude de ley» , al entender que el objetivo de Ábalos era forzar la suspensión de la declaración y ganar tiempo en el procedimiento. En un auto dictado la víspera, el juez Puente calificó la renuncia de «intempestiva» y elogió la labor del abogado cesado, que hasta ahora había actuado con «diligencia e irreprochabilidad profesional» en la defensa del exministro.
Durante la vista, Ábalos insistió en que se sentía «indefenso» y que su decisión de prescindir de su abogado no vulneraba la ley , llegando incluso a defender que renunciar a su acta de diputado sería más irregular .
«Eso sí sería un fraude de ley», llegó a afirmar el diputado del Grupo Mixto, en una escena que evidenció el tono político de su intervención ante el alto tribunal.
Una causa que estrecha el cerco
El exministro está imputado por presunta corrupción y cobro de comisiones ilegales vinculadas a adjudicaciones públicas durante su etapa al frente del Ministerio de Transportes. El nuevo informe patrimonial de la UCO refleja que la trama manejaba al menos 95.000 euros de origen desconocido entre 2014 y 2025 , con movimientos que coinciden con pagos y entregas en efectivo desde la sede socialista de Ferraz .
Por ello, el magistrado citó nuevamente a Ábalos y a su antiguo asesor Koldo García , para ampliar la instrucción a la luz de los nuevos indicios. Se trata ya de la cuarta comparecencia del exministro ante el Supremo como investigado.
La de Koldo está prevista para este jueves.
Las peticiones de prisión y las posiciones enfrentadas
Tras el rifirrafe entre el juez y el exministro, la sesión derivó en una vistilla de medidas cautelares . En ella, la Fiscalía Anticorrupción , dirigida por Alejandro Luzón , no solicitó el ingreso en prisión provisional de Ábalos, aunque pidió que se mantengan las medidas de control patrimonial.
Por su parte, la acusación popular , ejercida por el Partido Popular , sí reclamó prisión provisional o una fianza de 650.000 euros , cuantía equivalente a las cantidades presuntamente manejadas por el exministro, según los cálculos de la Guardia Civil.
Fuentes jurídicas consultadas aseguran que el juez valorará en los próximos días si impone esa fianza o medidas adicionales, ante el riesgo de ocultación de pruebas o coordinación de versiones con otros investigados .
Un episodio que refleja el desgaste del exministro
El encontronazo de este miércoles en el Supremo resume la caída de quien fue durante años uno de los hombres más poderosos del socialismo español . De secretario de Organización del PSOE y ministro de Pedro Sánchez, Ábalos ha pasado a comparecer ante los tribunales rodeado de sospechas, sin abogado y sin apoyos políticos .
Mientras tanto, Ferraz guarda silencio , y Moncloa evita pronunciarse sobre el curso de la investigación. Ni el Gobierno ni el PSOE han hecho comentarios sobre el rifirrafe, pese a que el episodio evidencia la creciente tensión judicial en torno a los casos de corrupción que salpican al núcleo del poder socialista .
«Esto no es el Congreso», le recordó el juez.
Una frase que —según varios observadores— resume el fin de la impunidad política de José Luis Ábalos .