Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), ha sido elegido como el nuevo presidente de Bolivia, marcando un cambio significativo en el panorama político del país. En la segunda vuelta electoral, celebrada el pasado domingo, Paz obtuvo el 54.6% de los votos, superando a su rival conservador, Jorge "Tuto" Quiroga, quien alcanzó el 45.4%. Esta victoria pone fin a casi dos décadas de gobiernos de izquierda, principalmente del Movimiento al Socialismo (MAS), que estuvo en el poder desde 2006. Con el 97.52% del conteo preliminar escrutado, la elección de Paz representa un giro hacia el centro y la derecha en Bolivia. La crisis económica que atraviesa el país ha influido en el descontento de los votantes hacia el MAS, lo que facilitó la victoria del centrista de 58 años. El nuevo presidente asumirá el cargo el 8 de noviembre. Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, ha tenido una carrera política activa, habiendo sido alcalde de Tarija y senador desde 2020. Durante su campaña, se comprometió a mantener los programas sociales existentes y a fomentar el crecimiento económico a través del sector privado. Su plataforma moderada resonó entre los votantes que se sentían decepcionados con el gobierno de Evo Morales y Luis Arce. Paz ha expresado su intención de abordar la crisis de desabastecimiento de combustible que afecta al país, asegurando que a partir del 9 de noviembre se implementarán soluciones efectivas. En sus declaraciones, enfatizó la necesidad de propuestas constructivas en lugar de ataques personales en la política. La victoria de Rodrigo Paz no solo es un cambio en la presidencia, sino que también refleja un cambio en la dirección política de Bolivia, donde los votantes han optado por un enfoque más centrista y de derecha en un contexto de crisis económica. Su gestión será observada de cerca, ya que deberá formar alianzas para gobernar eficazmente sin contar con una mayoría en el parlamento.