Empresas que nacen en una laptop, decisiones que se toman por Zoom y socios que ni siquiera se han visto en persona: el mundo empresarial ha cambiado radicalmente. Sin embargo, la Ley General de Sociedades peruana aprobada hace tres décadas sigue pensando en juntas presenciales, sellos y papeles. Y esa brecha entre la realidad digital de este siglo y la regulación corporativa se vuelve un obstáculo urgente de resolver.

Es necesario dotar a las empresas peruanas de reglas confiables, flexibles y adaptadas al siglo XXI. (Foto: iStock)

Uno de los puntos más sensibles es la responsabilidad de los directores y gerentes. La ley dice que deben actuar con “la diligencia de un ordenado comerciante y de un representante leal”, pero no explica con claridad qué significa. ¿Qué pasa si

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