Durante mucho tiempo, los mayores de 70 han vivido con la tranquilidad de tener un DNI permanente , ese documento que parecía no tener fecha final. No hacía falta renovarlo, ni pedir cita, ni pagar tasas. Era, en teoría, para toda la vida. Pero esa etapa llega a su fin. El Gobierno ha confirmado que esos carnés dejarán de ser válidos el 3 de agosto de 2031, el plazo máximo que marca la normativa europea para sustituir los modelos antiguos.

Detrás de este cambio no hay un capricho, sino la aplicación de una norma común en toda la Unión Europea. Bruselas quiere que todos los países utilicen documentos más seguros, con tecnología digital y chip electrónico. En España, el ajuste afecta sobre todo a las personas mayores o con gran invalidez que aún conservan el DNI de formato antiguo, aquel en el que figura la palabra permanente en lugar de una fecha de caducidad. La noticia no es menor. Todo empezó con el caso de Luis Carbó, un hombre de 89 años al que una aerolínea le prohibió embarcar por tener ese documento antiguo . Su historia ha destapado un problema que, hasta ahora, pasaba inadvertido: los DNI para siempre ya no sirven para viajar ni se ajustan a las normas europeas. Y eso obliga a miles de personas mayores a pasar por comisaría antes de 2031.

Qué era el DNI permanente y por qué existía

Durante los años 90, el Ministerio del Interior empezó a entregar el llamado DNI permanente a mayores de 70 años o a personas con una gran invalidez reconocida oficialmente. El objetivo era muy simple: evitarles las molestias de renovar un documento que, en la práctica, no iba a cambiar. En lugar de poner una fecha de caducidad, se imprimía directamente la palabra “permanente”.

Durante mucho tiempo funcionó bien. Pero el avance de la tecnología, la digitalización y las nuevas medidas de seguridad europeas han hecho que este formato se quede obsoleto. No incluye chip electrónico, ni certificados de firma digital , ni sirve para identificarse en trámites online. En resumen, no encaja con la administración digital actual.

De hecho, desde 2006 ya no se expide con la palabra permanente.  En su lugar aparece una fecha ficticia: 01-01-9999, que representa una validez indefinida, pero dentro del nuevo formato electrónico. Esos son los DNI que no hay que renovar.

Qué ha dicho el Gobierno y a quién afecta realmente

La aclaración del Gobierno llegó después de una pregunta en el Senado del popular José Antonio Monago, que quiso saber qué estaba ocurriendo con los ciudadanos a los que se les niega volar por tener un DNI permanente . En su respuesta por escrito, el Ejecutivo dejó claro que los documentos expedidos entre los años 1990 y 2006 con esa denominación tendrán que renovarse antes del 3 de agosto de 2031.

Detrás de esta decisión no hay un cambio político, sino una exigencia europea. El Reglamento 2019/1157 de la Unión Europea obliga a todos los países a retirar los antiguos modelos que no cumplan los nuevos estándares de seguridad y verificación. De este modo, España, como el resto de socios comunitarios, está adaptando sus documentos de identidad a las normas comunes de la UE.

Eso sí, hay un matiz importante: los DNI que ya tengan impresa la fecha 01-01-9999 seguirán siendo válidos y no será necesario renovarlos . Solo afectará a los que todavía dicen “permanente” sin esa fecha. Y, según el Gobierno, quienes lo deseen podrán renovarlo sin cita previa , de forma voluntaria, en cualquier Unidad de Documentación.

El trámite cuesta alrededor de 12 euros y, una vez hecho, el nuevo documento incluirá chip electrónico y certificado digital. Esto permitirá a los titulares realizar gestiones online, firmar documentos o acceder a la administración electrónica con total seguridad. Además, el nuevo formato facilitará a los mayores muchos trámites cotidianos que hoy ya se hacen desde casa, como renovar la tarjeta sanitaria, consultar pensiones o presentar una solicitud a través de internet.

Por qué desaparece el «permanente»

Aunque parezca una simple palabra, su eliminación tiene un motivo técnico. Europa exige que todos los documentos de identidad sean verificables electrónicamente y tengan una fecha visible de validez. Los DNI sin caducidad o sin chip no permiten comprobar su autenticidad en los sistemas de control fronterizo, por lo que se consideran menos seguros.

El caso de Luis Carbó refleja bien el problema. Este hombre de 89 años viajaba con su familia desde el aeropuerto de Eindhoven, en Países Bajos, cuando el personal de Ryanair le negó el embarque. El motivo: su DNI no tenía fecha de caducidad. Su mujer, que llevaba uno igual pero con el formato nuevo (ese que pone 01-01-9999), sí pudo pasar sin problemas.

La situación fue un auténtico quebradero de cabeza. Tuvieron que llamar al Consulado de España en Ámsterdam, pasar la noche en un hotel y comprar nuevos billetes con otra compañía. En total, más de 1.700 euros perdidos por una diferencia que, a simple vista, puede parecer mínima, pero que ahora marca la frontera entre un documento válido y uno que dejará de serlo.