Dos periodistas han explicado en el Tribunal Supremo que conocieron la confesión de la pareja de Isabel Díaz Ayuso horas antes de que esa información llegara al correo del fiscal general del Estado. José Manuel Romero, entonces subdirector de El País y hoy director adjunto de elDiario.es, así como Miguel Ángel Campos de la Cadena SER, han relatado en el juicio que una fuente que no han revelado ya les mostró o bien el contenido del correo o les trasladó la información que contenía.

José Manuel Romero ha explicado que el día 12 de marzo a primera hora, tras la exclusiva de elDiario.es que destapó el caso, empezó a contactar con fuentes de “la Fiscalía de la Comunidad de Madrid”, sobre todo cuando la presidenta regional puso en marcha una “ campaña de intoxicación informativa ” para afirmar que era una “cacería”.

Su fuente, ha relatado hoy el periodista tal y como hizo ya en fase de instrucción y ante un notario, le dijo que los hechos no eran así: “No solo no es una cacería sino que el abogado del señor González Amador ha presentado un acuerdo de conformidad por el cual reconoce los delitos, se apresta a pagar una multa y con eso reduce la pena de cárcel y evita entrar en prisión”. Eso, según ha contado al Supremo este martes, sucedió el 12 de marzo sobre las dos de la tarde.

“Yo no tuve el email, tuve la información contenida en el mail”, ha explicado Romero sobre cómo obtuvo esa información. Varios periodistas de El País, que también testificarán este martes en el Tribunal Supremo, empezaron a hacer gestiones para comprobar si era cierto, entre otras cosas contactando con el propio Carlos Neira, abogado de González Amador, que no contestó a sus mensajes.

“Me muestra el correo y me deja tomar notas”

Miguel Ángel Campos, el periodista de la Cadena SER que publicó extractos del correo de la pareja de Isabel Díaz Ayuso en la noche del 13 de marzo de 2024, ha explicado que obtuvo esa información antes de las cuatro de la tarde de ese día , horas antes de que llegara a manos del fiscal general. No publicó la información hasta casi la medianoche por no tener “permiso” de una fuente a la que no ha identificado, acogiéndose a su derecho a no hacerlo. Campos ha negado también que el fiscal general fuera su fuente en este asunto.

“Eran las 15.34 horas. Subo a su despacho, me muestra en una pantalla de ordenador el famoso correo de 2 de febrero y puedo leer esa frase de 'ciertamente...'. Le digo que me lo reenvíe o me lo imprima, me deja tomar notas”, ha explicado Campos. Pero no le dio permiso para publicar ninguna información.

Ya en fase de instrucción afirmó ante el juez Hurtado esta versión de los hechos. Varios periodistas han afirmado en este juicio que tuvieron acceso al correo o su contenido antes de que llegara a manos del fiscal general a las 21.59 horas de esa noche. Un dato que la Fiscalía y la Abogacía del Estado consideran relevante para defender que, para entonces, ese correo no era confidencial.

Sobre su fuente, ha añadido: “Le logro convencer de que ya está publicado, que no hay ningún secreto, yo entendía que no, que el secreto eran las negociaciones, la existencia de un acuerdo y eso ya había sido revelado por el diario El Mundo”, ha zanjado para explicar por qué terminó publicando esa información pasadas las once de la noche. “Si no se dio nada en la SER de la información de El Mundo es porque yo tenía el correo”.

Campos ha afirmado que llamó a “decenas” de fuentes a lo largo del día, también cuando esa noche le alertaron de la publicación de la primera noticia de El Mundo. Esa noche, ha explicado, llamó al fiscal general pero saltó el buzón de voz y no mantuvo ninguna comunicación con él, tampoco por mensaje. “En ningún momento”, ha dicho varias veces.