El Licenciado Luis Calvetti, secretario de Deporte, ha presentado su balance anual como si fuera el estreno de una obra maestra, pero la audiencia crítica percibe que el libreto es reciclado y la escenografía, endeble.Su oratoria, cargada de frases hechas y agradecimientos protocolarios a los estamentos que le son afines funciona como un sofisticado mecanismo de defensa: si todos colaboran, nadie es responsable del déficit. Se celebra la atención a los "30 chicos de alto nivel", una cifra que, en el contexto de una provincia con potencial dormido, es la cortina de humo perfecta para desviar la atención de la desidia en el deporte base. ¿Acaso el deporte jujeño se mide en medallas de oro o en la accesibilidad a una cancha decente para el niño que no tiene padrino político? La mención a la F

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