Pereira / París / Belalcázar (Caldas). – “Soy el autor del homicidio del sacerdote Darío Valencia Uribe”. Con esa frase, ante un tribunal en Francia, comenzó la estremecedora confesión de Julián Eduardo Cifuentes Gómez , el hombre que admitió haber asesinado al sacerdote risaraldense dentro de una camioneta en Pereira y luego haber arrojado su cuerpo a un abismo en zona rural de Caldas.

El crimen se cometió el 25 de abril de 2024 y durante semanas fue un enigma para las autoridades del Eje Cafetero, hasta que la pista llevó directamente a Cifuentes, quien huyó del país pero terminó capturado en Europa tras una circular roja de Interpol.

La desaparición del sacerdote

La historia arrancó como un caso de desaparición. El sacerdote Darío Valencia Uribe , párroco de Nuestra Señora de

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