La reciente elección de Carlos Camargo Assís como magistrado de la Corte Constitucional ha desatado un verdadero terremoto político y judicial en Colombia. Su llegada al alto tribunal, impulsada por sectores mayoritarios del Congreso, ha sido interpretada como un revés para el presidente Gustavo Petro y sus iniciativas de cambio estructural.
Camargo, quien cuenta con trayectoria como defensor del Pueblo y figura reconocida en la esfera pública, es identificado por diversos analistas como un aliado cercano al uribismo, corriente política que ha sido férrea opositora del actual gobierno. Su elección no solo despierta suspicacias sobre la independencia del órgano de control constitucional, sino que también revela las tensiones profundas entre el Ejecutivo y el Legislativo .
El president