En la mañana del viernes pasado, antes de ser suspendida por seis meses de su cargo, la fiscal de la Nación, Delia Espinoza , se lanzó un discurso de candidata presidencial. Según su elocución, que duró cerca de una hora, ella es la única autoridad en el país que lucha contra la corrupción y el proceso en su contra respondía a presiones políticas, lo cual no es cierto.
En una muestra más de su poco apego a las reglas que no le convienen, a esa misma hora debía estar en una audiencia a la que había sido convocada por los miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), para que se defendiera por el pedido de suspensión que había contra ella.
No se presentó porque, según dijo, la JNJ ya había tomado la decisión de suspenderla. Ese solo hecho es una falta de respeto a quienes la juzgan,