Las elecciones de ayer martes en Estados Unidos marcaron el primer test político serio para Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca hace 10 meses, y el resultado no pudo ser más claro: un contundente voto de castigo.

Los demócratas —que no lograban hacer pie desde su derrota en noviembre de 2024– conquistaron tres plazas clave —las gobernaciones de Virginia y Nueva Jersey, y la alcaldía de Nueva York— en una jornada que redefine el tablero político estadounidense y deja a los republicanos en alerta ante los comicios de medio término de noviembre de 2026.

En Virginia, la exagente de la CIA Abigail Spanberger se convirtió en la primera mujer gobernadora del estado, tras una campaña moderada centrada en el costo de la vida, la salud y la seguridad ciudadana.

En Nueva Jersey, la exof

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