Una regla ha regido la vida política de Cuba desde 1959: todo dirigente que asciende, tarde o temprano cae. La ley de la gravedad se aplicó a rajatabla salvo a Fidel y Raúl Castro a lo largo de la historia. Hubo casos estremecedores como los de Carlos Aldana y Roberto Robaina, quienes se perfilaban como tempranos herederos de los hermanos, el general Arnaldo Ochoa, héroe nacional y luego fusilado, en 1989, o, en los últimos años, Felipe Pérez Roque y Carlos Lage, destituidos por supuestamente mofarse en privado de Raúl. Alejandro Miguel Gil Fernández , exviceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación entre 2018 y 2024, examigo del presidente Miguel Díaz Canel , exintegrante del Comité Central del Partido Comunista (PCC), es la última prueba de este código no escrito p

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